Brasil ante sus elecciones más inciertas

El pasado 7 de octubre Brasil comenzó a decidir su nuevo futuro. Más 147 millones de electores deciden, en sus elecciones más inciertas, quién es el próximo presidente de su República: Fernando Haddad o Jair Bolsonaro. Ellos son los principales candidatos según las encuestas y se enfrentan en un ambiente extremadamente polarizado.

Para entender el ambiente electoral en Brasil se analizaron varios puntos clave de la sociedad brasileña en una nueva sesión del ciclo América Vota. Organizado por Casa de América contó en esta ocasión con la colaboración de la Fundación Consejo España-Brasil. Así, la FCEB invitó a Madrid al reputado periodista Ricardo Boechat, al que acompañaron en la sesión Anna Ayuso, investigadora senior del Centro de Información y Documentación Internacionales en Barcelona (CIDOB) y Julimar da Silva, profesor del Departamento de Estructura Económica y Economía del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Madrid.

Sea quien sea, el ganador de las elecciones deberá ejecutar las reformas necesarias para que el país logre la estabilidad y recupere el crecimiento. Para ello es clave que la sociedad vuelva a confiar en sus instituciones y su clase política, muy dañadas tras los escándalos de corrupción, a los que se une la crisis económica y algunos males endémicos que Brasil no consigue corregir, como las diferencias abismales entre regiones.

Los tres participantes fueron optimistas con la futura evolución del país. Consideran que sobre el eje de la resolución de la crisis institucional y política pivotan todas las soluciones al resto de problemas del país, entre ellos la recuperación del crecimiento económico.

Las cifras de la economía son buenas, tal y como apuntó Julimar da Silva, con una inflación estable, superávit comercial y empresas que continúan invirtiendo, muchas de ellas españolas. Es la inestabilidad lo que frena el crecimiento, tanto económico, como el del propio Estado y otro tan fundamental como el de la creación de empleo.

El próximo Gobierno, que saldrá de una intención de voto muy polarizada, deberá pactar con diferentes partidos, mayoritariamente de centro, y lograr un pacto estable que le permita ejecutar las reformas urgentes y necesarias para el país, explicó Anna Ayuso.

Reformas que pasan por aspectos fiscales, beneficios sociales, como la sanidad y las pensiones, reajuste del poder judicial o el reequilibrio de las cuentas públicas. Y todo ello con un Congreso fragmentado y cuya renovación tras las elecciones se prevé muy baja, solo un 30-40% de los nuevos diputados no pertenecerá anteriormente a la Cámara, apuntó Julimar da Silva.

Para Ricardo Boechat no se esperan mejoras en la regeneración en la clase política, pero tampoco que la situación empeore. Cree que la simiente del cambio está en la propia sociedad: “En Brasil antes solo interesaba fútbol y carnaval, pero ahora solo interesa la política”. Este es uno de los dos fenómenos inéditos que según el veterano periodista están marcando el proceso electoral del país.

El otro es la conexión a las redes sociales de la población, “una de las sociedades más conectadas del mundo, con todo lo que implica” explicó. La dificultad para manejar la información, gestionarla y poderle dar respuesta es evidente, según reflexionó en esta línea Julimar da Silva.

Durante el encuentro de América Vota los participantes analizaron otros aspectos relevantes de la sociedad brasileña, como la necesidad de inversión en infraestructuras, el aumento de la violencia o el decisivo papel de la mujer en las elecciones. Ricardo Boechat destacó que el número de voto femenino es mayor que el masculino y que puede ser una de las causas claras de una hipotética derrota de Jair Bolsonaro debido a sus declaraciones machistas. No obstante, Ricardo Boechat defendió la calidad del voto femenino, al que los candidatos deben ofrecer muy buenas propuestas para lograr su voto. “Las mujeres no son indecisas, sino cautelosas” apostilló.