Entrevista a Carlos Abijaodi, director de Desarrollo Industrial de la CNI y participante en el Programa Líderes Brasileños
Tras la buena acogida de su primera convocatoria, la II Edición del Programa Líderes Brasileños, organizada por la Fundación Consejo España-Brasil en noviembre de 2015 en Madrid y Bruselas, trajo a un selecto grupo de políticos y periodistas brasileños de perfil alto para conocer de cerca la realidad española y europea. La Fundación Consejo publica mensualmente entrevistas con algunos de sus participantes.
Carlos Eduardo Abijaodi es director de Desarrollo Industrial de la CNI (Confederación Nacional de Industria) desde diciembre de 2010. Anteriormente fue director del Centro de Comercio Internacional de la Federación de Industrias del estado de Minas Gerais. En dicha federación también actuó como supervisor de diferentes departamentos, como Medio Ambiente, Contribuciones e Impuestos, Trabajo, Comercio Exterior y Relaciones Interncionales, Economía y Finanzas o Formación. Entre 2008 y 2012 fue también superintendente de Desarrollo Empresarial.
¿En qué estado se encuentran las relaciones entre la Brasil y España desde el punto de vista de los empresarios brasileños?
Tengo que decir que las relaciones son las mejores posibles. Es notorio el interés que España tiene en Brasil, y también el interés de las empresas brasileñas por conocer más y poder hacer negocios con España. España tiene una buena credibilidad para los empresarios brasileños debido a la creencia que demuestra España en el potencial de Brasil. Lo vimos cuando España comenzó a invertir en Brasil en un momento en que éste era poco conocido como receptor de inversiones. Aquello fue una señal importante para los empresarios de que España había llegado para quedarse. La sensación de los empresarios brasileños es que España y los empresarios españoles son unos socios muy buenos.
¿Cuáles son las diferencias entre las industrias de ambos países?
Como España está dentro de Europa recibe más inputs extranjeros de países europeos. Existe un contacto más permanente con todos los países integrados en la UE. Y eso provoca una facilidad mayor para el desarrollo de nuevas tecnologías, una participación en los procesos innovadores, una forma distinta de gestión de los negocios y también unas posibilidades de inversión entre todos estos países. Todo esto da una dimensión diferente. Los empresarios brasileños tienen más dificultades para salir del país. En primer lugar por el idioma. Tampoco tienen las condiciones para hacer inversiones en otros países, sólo ahora se está comenzando a tener esta capacidad. Por tanto no tienen las mismas posibilidades de encontrar socios, de desarrollar tecnologías... esa es una diferencia básica en el campo industrial. Ahora bien, un empresario brasileño tiene la misma osadía y perseverancia que un empresario español. Tal vez en ese temperamento "latino" en la forma de hacer negocios sí sean parecidos los empresarios de ambos países.
¿Qué opina sobre el modelo de colaboración público-privado que se lleva a cabo en numerosas ocasiones?
El Estado debe participar en lo que son sus funciones básicas, que son educación, vivienda, transporte... Las iniciativas que pueden ser ejecutadas por el sector público deberían ser del sector público. Puede haber una fiscalización, un control... pero no una participación como accionista o como integrante de un proyecto que exige rentabilidad. Eso es más para la iniciativa privada. Entendemos que el sector público no debería estar participando tan intensamente. Un ejemplo son los aeropuertos, que funcionan por concesión. El gobierno puede recibir royalties, recibir una participación... pero no debería ser función suya explotar un negocio. Un empresario tiene mejores condiciones y mejores maneras de fiscalizar su trabajo, de hacer una gestión ejecutiva con resultados. Y el gobierno muchas veces no es capaz de hacer eso.
¿Cuál sería la fórmula óptima para que los modelos de empresa de Brasil y España pudieran trabajar juntos? ¿Cómo podrían complementarse?
Las grandes empresas españolas no necesitan socios, aunque hay ejemplos, como Mapfre, que tiene un acuerdo con Banco do Brasil. Pero las grandes empresas de manufacturas y producción no tienen problemas para instalarse, tienen conocimientos y recursos para eso. Ahora, las pequeñas y medianas empresas españolas son las que necesitarían buscar algún socio. Sería lo ideal, porque Brasil tiene algunas particularidades, principalmente en la tributación, relaciones laborales, burocracia... Para evitar perder tiempo con todo esto lo mejor es asociarse o incluso participar de una empresa y desarrollar su negocio. Esa sería la forma más segura y más rápida de instalarse en el mercado brasileño.
¿Conocía de antes el trabajo de la Fundación Consejo España-Brasil?
No lo conocía, y veo que es un trabajo básico y fundamental para incrementar la relación Brasil-España. He descubierto que las personas involucradas en este Programa Líderes son personas que realmente dan peso a la Fundación, dan una solidez y una gran credibilidad a la Fundación. Son personas que conocen Brasil, que han trabajado ahí, que tienen experiencia de lo que es Brasil. No es un país del que se pueda hacer una sola fotografía; necesita más bien una película completa. Hay que vivir un tiempo en Brasil para conocerlo bien. La Fundación hace este trabajo, informando permanentemente sobre Brasil: qué cambios ocurren, qué ha mejorado, qué ha empeorado... Eso es importante para las personas interesadas en esa relación Brasil-España.
Personalmente, ¿qué conclusiones está sacando de este Programa Líderes 2015?
Para mí lo principal es conocer a personas que de otra manera sería muy difícil. No podría reunirme con responsables del ministerio de Exteriores, o del ministerio de Economía de España. Y son reuniones con gente que realmente conoce estos temas, que viven la relación entre Brasil y España y tienen una experiencia y una formación. Eso a mí me da la certeza que aquí hay personas interesadas en mejorar esta relación, no sólo comercial, sino también una relación personal entre los brasileños y los españoles.
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