Brasil y España: una relación asimétrica, aunque positiva

24.04.2017

La primera mesa del Foro resaltó las condiciones favorables para la colaboración entre ambos países

La experiencia positiva de las compañías españolas en Brasil, junto con la necesidad de que las empresas del país americano aumenten su presencia internacional, fueron las principales conclusiones de la primera sesión del Foro España-Brasil, titulado “España y Brasil: conocerse mejor para trabajar juntos”.

El moderador de la mesa, el columnista de la Folha de São Paulo Clovis Rossi, indicó durante la presentación que, según su experiencia, “España es el país desarrollado con el que Brasil tiene más puntos en común: ambos salimos más o menos al mismo tiempo de largas dictaduras; hemos consolidado democracias sólidas y estables y hemos vivido crisis económicas”. Con estos puntos en común, indicó, “Brasil y España están abocados a conocerse mejor para trabajar juntos, que es justo el tema de nuestra sesión”.

El primero de los ponentes en intervenir, el senador Antonio Anastasia, recordó su participación en el Programa de de la FCEB de 2015, durante el cual quedó “sorprendido con la dimensión de las relaciones económicas y con el desconocimiento de las mismas que hay en Brasil”. Para el senador “el momento es más que oportuno para ese conocimiento se estreche”.

Para Antonio Anastasia es fundamental que Brasil facilite la inversión en infraestructura con recursos privados, para lo cual es necesario proporcionar seguridad jurídica. “España es un modelo para eso: con la democracia se modificaron las instituciones y la legislación. Brasil avanzó con la consolidación de la democracia, pero también necesitamos desarrollar más el marco de seguridad jurídica para las inversiones”.

Celso Lafer, ex ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, destacó la importancia de “conocerse mejor para trabajar juntos”. El ex ministro de Relaciones Exteriores de Brasil considera la cultura especialmente importante en este aspecto. Las iniciativas iberoamericanas que se llevaron a cabo en los años noventa “fueron motivadas por la idea de valerse de las raíces comunes para marcar una presencia internacional”. Para Celso Lafer, “el encuentro entre España y Brasil adquiere una relevancia adicional” por su capacidad de superar el escollo de la diferencia lingüística.

Por su parte Luis Fernando Furlán, ex ministro de Desarrollo Económico brasileño, hizo un repaso sobre sus percepción de España desde sus primeros contactos con el país en los años sesenta. “Tras la década de los noventa, después de las Olimpiadas, de la entrada del euro… vi un país muy diferente. Incluso el presidente Lula da Silva mencionó por primera vez que las empresas brasileñas deberían seguir el ejemplo de las españolas, mirando hacia la internacionalización”. Para esta internacionalización de las empresas brasileñas los inversores “pueden ver España como una puerta para entrar en la UE”.

El presidente de Llorente y Cuenca, José Antonio Llorente, y el presidente del Real Instituto Elcano, Emilio Lamo de Espinosa, presentaron sendos informes sobre la percepción de brasileños y españoles sobre sí mismos y sobre el otro país. El estudio de José Antonio Llorente, realizado sobre doce mil conversaciones en Twitter sobre ambos países, refleja que “brasileños y españoles son más críticos con su propio país, y tienen un elemento común de preocupación, que tiene que ver con la ética en política y negocios”. En sentido positivo, los brasileños destacan de sí mismos aspectos sociales, medioambientales y de innovación, mientras que los españoles destacan el deporte, la cultura y la música.

Por su parte Emilio Lamo de Espinosa realizó un interesante análisis de la imagen de España en Brasil y viceversa, así como de la imagen de ambos países en el resto del mundo, que resulta muy similar: tanto España como Brasil se perciben en el resto del mundo como países positivos, “calientes”, que destacan por sus celebraciones y por conceptos como playa, vacaciones, etcétera.

Esta imagen, según Lamo de Espinosa, “es muy buena para ciertas cosas, como el turismo y los productos agrícolas, pero mala para otras cosas”.

En cuanto a la percepción mutua, el Real Instituto Elcano detecta cierta asimetría, ya que la imagen de España en Brasil es mucho más positiva que al contrario. “Brasil es el tercer país iberoamericano con mejor imagen de España, después de Argentina y Perú, y el noveno del mundo. Al contrario, la imagen de Brasil en España ocupa la undécima posición en relación con el resto de países latinoamericanos”.

La imagen de España en Brasil, según Emilio Lamo de Espinosa, “no puede ser mejor. España inspira confianza, es democrática, honesta, trabajadora, fuerte, pacífica, solidaria, rica y tolerante”. Además, tanto la imagen de los Reyes de España como del presidente del Gobierno es muy positiva.

Brasil, por su parte, se percibe en España como una gran potencia, muy importante para España, ni muy rico ni pobre, amigo de España pero con una visión empañada por las noticias sobre corrupción. Para el director del Instituto Elcano, el esfuerzo por mejorar las relaciones entre ambos países debería centrarse en mejorar la imagen de Brasil en España.

En cuanto a las relaciones entre España y Brasil, Emilio Lamo de Espinosa subrayó que “los españoles están más interesados por Brasil que al contrario”, y no sólo a nivel empresarial, sino de toda la sociedad. “Para España Brasil tiene una enorme importancia en política, relaciones exteriores, e incluso para los sistemas de lengua y cultura en el exterior. En la prensa española hay un gran seguimiento de la actualidad brasileña. Lo contrario no ocurre, y pone de manifiesto que debería haber más interés de Brasil por España”.

A nivel empresarial tanto el presidente de Repsol, Antonio Brufau, como el de Elektro Redes, Armando Martínez, coincidieron en su valoración positiva sobre la experiencia de sus respectivas compañías en sus más de dos décadas de presencia en Brasil. “Repsol lleva más de 20 años en Brasil, y desde el primer día hasta hoy siempre hemos tenido el acompañamiento del Gobierno y las autoridades”, aseguró Antonio Brufau.  El presidente de Repsol destaca de Brasil la seguridad jurídica, la profesionalidad y transparencia, y la colaboración público-privada.

Armando Martínez, a su vez, señaló que “en el sector eléctrico este país ha hecho las cosas bastante bien”. Destacó el buen entendimiento entre Brasil y España y el hecho de que las compañías españolas que operan en el país se convierten pronto en brasileñas. Para el presidente de Iberdrola Brasil es fundamental “respetar la idiosincrasia del país, aprovechar el talento local, que hay mucho, y ayudar a que los clientes reciban el mejor servicio”.

Durante la sesión se puso de manifiesto la necesidad de Brasil de salir al exterior y lograr que sus marcas sean reconocidas en el extranjero. Luiz Fernando Furlán aseguró que “Brasil exporta cosas que luego se transforman” en productos con valor añadido. “Los mayores exportadores de café son Italia y Alemania, y no tienen una mata de café. Los grandes productores de chocolate no tienen cacao… necesitamos cambiar ese paradigma”.

De la misma opinión es el director de Estilo y Creación de OSKLEN, Óskar Metsavath, quien señaló que la exportación brasileña de productos básicos viene de antiguo, desde la época de las carabelas. “Es necesario tener un equilibrio mayor en nuestra balanza comercial y exportar más productos manufacturados y de creatividad intelectual”.  En su opinión, el problema es que en Brasil “no sabemos trabajar nuestras marcas”.

Para José Antonio Llorente “la asignatura pendiente de las empresas brasileñas es la internacionalización. Uno ve el peso, tamaño, relevancia y solvencia de las empresas brasileñas, y su actividad exterior es muy reducida, incluso en países vecinos. Ahí hay un espacio para trabajar juntos, y creo que las capacidades de gestión brasileñas y españolas podrían ser muy competitivas en el contexto de un mundo que requiere unir esfuerzos para competir”, afirmó.

Antonio Brufau, por su parte, concluyó recalcando la importancia de las pequeñas y medianas empresas en la internacionalización de la economía española. “El proceso de expansión no fue sólo de las grandes empresas, sino de muchas medianas que acompañaron a estos buques insignia. Si Brasil tuviese quince o veinte empresas que pudieran salir al exterior, acompañadas por muchas otras, cambiaría la situación”.

Resumen ejecutivo I Foro España-Brasil

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